LA MÁQUINA DE BARRER

Después de llevarme 10 meses esperando mi nissan qashqai nuevo, iba paseando con él por Sevilla, como es natural con mucho cuidado y con el sensor de peligro activado, es decir, mi mujer - Cuidado con ese, huy huy, ten cuidado con aquel de allí –Joder si ese va andando y esto es un todoterreno, que tenga cuidado él, le respondí yo, - He leído en Internet que la sangre se come el metalizado de la pintura, así que ten cuidado hasta con los pringaos que van andando.

Me aproximo al semáforo de Avenida de la palmera que está en la torre del oro y freno suavemente, una vez parado noto un golpe fuerte por detrás, y un ruido extraño por debajo del coche

- Ostias, que me han dado, me lo cargo, si te da asco la sangre no mires para atrás que me lo voy a comer, dije enfurecido.

– Si , Cárgatelo, dijo mi mujer y no tengas piedad con él añadió cuando iba saliendo del coche.

-No puede ser, DIOS no puede ser, digo al ver como una maquina de barrer conducida por una tía gira bruscamente y se da a la fuga por el sentido contrario.

- No huyas cobarde, le gritaba mi mujer. El golpe aunque surrealista me lo había dado una maquinita de barrer las calles y además con los cepillos funcionando, me había metido los dos cepillos por debajo del coche la muy hija puta y me había limpiado los bajos. A ver como le cuento yo esto a la gente que me pregunten por el golpe, que vergüenza pensé.

Acto seguido, me veo persiguiéndola por la avenida de la palmera abajo, corriendo entre los coches que me pitaban y escuchando las voces de mi mujer que gritaba:

–Cogele la matricula, Cogele la matricula

- Si es una jodida maquina de barrer y no tiene ni matricula, le respondí yo a voces,

- pues píllale el numero de bastidor,

- ¿y que coño es un bastidor? y ¿donde está eso?.

En ese momento me paré allí en medio de los coches y tuve un momento de calma, intenté ver la situación desde fuera, como se dice en muchos sitios con perspectiva e hice un ejercicio imaginario de subir hacia arriba y verme como si fuese el google earth y me veo allí persiguiendo a una maquina de barrer por la principal avenida de Sevilla gritándole – párate, párate que no te va a dolé, en medio de cincuenta coches pitándome y chillándome y veo a mi mujer gritando a lo lejos y en ese momento al verme en esa situación en lugar de reírme hasta reventar me puse a LLORAR de rabia. Inmediatamente salí de mi letargo espiritual por que no tenía tiempo de filosofar y sin perder mas tiempo seguí persiguiéndola palmera abajo gritándole – Tía tenías que ser, -si no sabes beber no bebas so guarra, - te tenían que dar una LL en lugar de una L etc.

Tras pasar la maestranza la perdí de vista y por más que le pregunté a la gente nadie parecía haberla visto con lo que regresé al coche. Allí mi mujer le daba indicaciones a un policía local, al llegar me pregunta - ¿le has cogido la matricula? – ¿ Le has dicho que era una puta máquina de barrer? Le dije a mi mujer – Si, contestó. -¿y le has dicho que no tienen matricula? . El policía lo único que hizo fue reírse.

Así que llamé a mi colega luís, que además de "amigo" es con el que tengo asegurado el coche:

- Luís soy zalemo, que me han dado por detrás.

- ¿y a que te ha gustado? Ya te dije que lo probaras que verás como te gustaba.-Mamón, no te rías que esto es serio, que es el coche nuevo.

- Luís, una pregunta ¿ Las maquinas de barrer entran en la cobertura de mi seguro?. Luís se reía y se reía, y mientras me tomaba los datos.– ¿Marca del vehiculo?

- Lipasam- ¿Modelo?- Doble cepillo circular delantero.

- ¿Matricula? -Y dale con la matricula, que la única matricula que llevaba era la mía, que se la ha llevado enganchada en los cepillos joder.

Basado en hechos reales ocurridos hace muy poco.